martes, 14 de enero de 2014

¡La grasa quema grasa!

No me he vuelto loco, y sí, la grasa quema grasa tal y como dice el título. A continuación os lo explico a través de un breve artículo.

Pues bien, la grasa entre otras funciones, cumplen un papel importante en nuestra dieta ya que son vitales para mantener unos buenos niveles en lo que se refiere a salud. Estas nos aportan energía y ácidos grasos esenciales para tener una piel saludable. Además de ser la materia prima de las hormonas y de ayudar al cuerpo a absorber las vitaminas.

Por lo tanto, el cuerpo requiere energía para mantener su metabolismo funcionando correctamente y, según un estudio de 2007 publicado por el American Journal of Clinical Nutrition encontró que el consumo de ácidos grasos pueden mejorar la salud metabólica.

De hecho, según una investigación de la Escuela Universitaria de Medicina de St. Louis, la grasa almacenada en los tejidos periféricos del cuerpo como el vientre, los muslos o los glúteos (también llamada grasa subcutánea) no puede eliminarse de manera eficiente sin un consumo de grasa “nueva” para ayudar en el proceso. La inclusión de grasas en la dieta ayuda a descomponer la grasa existente mediante la activación de PPAR-alfa y las vías de la quema de la grasa del hígado.

A la hora de comer, piensa en un campo de fútbol de principio de temporada: jugadores jóvenes y hambrientos (nueva grasa) salen al campo y le enseñan al entrenador (el hígado) que ha llegado la hora de enviar a los viejos jugadores a casa.

Tipos:

Ácidos grasos insaturados
Compuesto de ácidos grasos monoinsaturados (MUFA) y y ácidos grasos poliinsaturados (AGPI), nutrientes importantes para una dieta saludable. Las grasas monoinsaturadas se encuentran en los aceites vegetales, nueces, semillas y aguacates, mientras que los AGPI se encuentran en los aceites vegetales, pescados y mariscos. Los ácidos Omega-3 y los Omega-6 son dos tipos de ácidos grasos poliinsaturados que sólo pueden obtenerse a través de la dieta y son conocidos como “ácidos grasos esenciales”. 

Ácidos grasos saturados
Se encuentran principalmente en alimentos de origen animal como la carne y los productos lácteos, como la mantequilla y el queso, que suelen ser sólidas a temperatura ambiente. Algunos aceites vegetales, como el de coco o almendra, también contienen grasas saturadas. Es recomendable comer cantidades limitadas de grasas saturadas como parte de una dieta saludable, siempre intentando que la fuente sea saludable: por ejemplo, es preferible obtener grasas saturadas de un filete de ternera, proveniente de una alimentación vegetal, que de unas palomitas fritas en maíz.

Ácidos grasos trans
Los ácidos grasos trans son aceites vegetales procesados químicamente. Semisólidos a temperatura ambiente, se utilizan en algunas margarinas, alimentos fritos y alimentos procesados para mejorar el sabor, la textura y la vida útil de algunos alimentos. Este tipo de grasas debe evitarse en cualquier dieta.

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