El
alcohol tiene un efecto negativo sobre la recuperación y, por tanto, sobre
los resultados. Ya que la recuperación lo es todo en el entrenamiento, ya
que facilita la adaptación y, con ello, la constante evolución que
acaba derivando en los resultados deseados.
Dos estudios publicados
recientemente en el European Journal of Applied Physiology demuestran que
cantidades superiores a 1gr de alcohol por kilo de peso corporal afectan
directamente a la recuperación del
entrenamiento. Es más puede llegar a duplicar el tiempo necesario para una
total recuperación.
Esto
hace que un entrenamiento bien diseñado se vaya al traste por culpa del
alcohol. Si bebes, tu recuperación es más lenta, por lo que volverás a
entrenar antes de haberte recuperado completamente y, por tanto, nunca
obtendrás los resultados deseados al cortar por completo la evolución. No
te imaginas hasta qué punto pueden estar equivocados aquellos deportistas que,
teniendo competición el sábado o el domingo, salen de fiesta y beben
alcohol dos días antes pensando que el fin de semana estarán completamente
recuperados.
¿Significa que no
podemos beber absolutamente nada de alcohol? Bueno, tampoco exageremos.
Estos
mismos estudios demuestran que ingestas inferiores a 0,5
gramos por kilo de peso corporal no afectaban a
la recuperación.
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